Esto es una colección de cuadernos de viaje escritos y diseñados por los alumnos de 1º de Bachillerato de Ciencias.
El pasado mes de abril viajamos al Museo de Arte Abstracto Español de Cuenca en una actividad organizada por el Departamento de Dibujo del IES Castillo de Luna. Durante este viaje de tres días, los alumnos sintieron que hojeaban un libro de texto imaginario con muchos contenidos a la vez: un sorprendente palacio renacentista en La Mancha, las voces de Tirso de Molina, Góngora, Quevedo y Lope de Vega en el inmortal Corral de Comedias de Almagro, la espectacular ciudad de Cuenca y su sierra que apabulla con ríos, cascadas y paisajes imposibles y la ciudad romana de Segóbriga y sus ecos del pasado de un imperio.
Se propuso a los alumnos la creación de un cuaderno de viaje en inglés con instrucciones muy precisas, insistiendo en que hicieran dibujos propios, trazados o pinturas y hemos obtenido esta selección viajera. Hay errores, hay diseños mejores y peores, hay grandes ideas y hay dibujos, pinturas y fotografías originales.
Algunos de los cuadernos son creaciones digitales y otros están completamente hechos a mano, en algunos se intuye un escritor futuro, o un buen acuarelista. Una vez recogidos los materiales y fotografías y hasta muestras de plantas y flores durante el viaje y habiendo investigado aún más a la vuelta, el resultado ha sido realmente sorprendente y ahora, tras su finalización lo hemos unido y lo compartimos con el resto de los compañeros y con los que leéis esto.
Es el cuaderno de un viaje propio, no para entregar a los profesores, sino para ellos mismos; algunos de ellos podrían conservarlo para siempre. Es difícil sentar a un alumno para crear algo, la mayoría de las veces los hacemos repetir palabras de otros y repiten esquemas. Apenas confían en su capacidad de llegar a resultados plausibles partiendo de cero, pero hay que intentarlo.
Hay amor en estas páginas para lo que vivieron en esos días de corretear por ahí y para los compañeros de viaje que se sumaron a esta aventura con Cuenca al final del camino. Échenle un vistazo, aunque sólo sea por encima. Ojalá hubiéramos podido realizar este proyecto con mis 64 alumnos de 1º de Bachillerato. Otro año quizás, o no, ya el ruido en las aulas se apaga.