NUESTRO EQUIPO DE ALUMNOS DEL PROYECTO ERASMUS MAST

Se acaba junio, y con el mes, se irán oficialmente los alumnos que realizaron el Proyecto Erasmus Mast con nosotros. Se perderán con premura, como las libélulas que llenan nuestros espacios veraniegos, casi transparentes y fugaces. Todos ellos organizarán su vida lejos de estas aulas y de este proyecto al que por un tiempo unieron su vida escolar.
 
Los mayores ya no volverán, porque estas libélulas tan especiales se habrán ido a diferentes universidades a seguir aprendiendo lejos de su IES Castillo de Luna de La Puebla de Cazalla. Los más jóvenes de este proyecto continuarán en su etapa de Bachillerato y aún podrán vivir el ritmo de nuestro pequeño instituto. Quizás algún día, tanto los unos, como los otros, cerrarán sus ojos y regresarán en un ejercicio de memoria y sueño a su experiencia escolar Erasmus.
 
Han sido 23 alumnos los que han vivido el Proyecto Mast en nuestras movilidades y todos ellos, en cierto modo, estarán para siempre unidos a las ciudades donde los acogieron en las movilidades y no me resisto a mencionarlos:
*Corfú: Laura Becerra, Ana Correa, Ángela Gil, Lucía Moreno
*Gela: Clara Calderón, Laura Espinar, Pablo Jobacho, Izan Megías, Rocío Muñoz, Helena Olivares
*Cartaxo: Julia Castillo, Carlos Gallego, Celia Gómez, José Miguel González, Pablo Romero
*Lemgo: Elena Álvarez, Alejandro Guerrero, Ainhoa González y Lucía Martínez
*Karlshamn: Antonio Menacho, Carmen Reina, Moisés Rojas y Marta Suárez
 
Ninguno ha estado desde el principio hasta el final porque el COVID cambió planes y alargó demasiado el proyecto, pero todos son parte de todo lo conseguido. Principalmente, este último año (que no se repetirá), ha sido imparable y por obligación; había que cerrar un proyecto cuyas movilidades se quedaron congeladas en marzo de 2020.
 
Tanto en su rendimiento escolar, como en todo lo que ha implicado el propio proyecto, todos ellos se han interesado por lo que se hacía y han participado en la aventura. Unos más y otros menos, se han sentido inspirados por actividades, tareas, visitas, rutas y por todo lo que se nos ocurría a Juan y a mí. La mayoría ha aprovechado cada minuto para comunicarse, para conocerse a ellos mismos y a otros y para ampliar sus ansias por vivir más mundo en el futuro.
 
Todos ellos nos han mostrado la cara más prometedora de la juventud actual. Este pequeño texto ha de servir de homenaje a todo lo bueno que le dieron al proyecto y a nosotros como profesores. Ha sido un placer vivirlo con vosotros, chavales, ojalá no nos olvidéis.

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